Esta hormona ayuda al sistema nervioso a hiperactivar las funciones vitales ante una alarma. Así optimiza la reacción del cuerpo a un peligro potencial.
Las emociones fuertes y las amenazas físicas, tensiones que se producen al practicar deportes extremos como la escalada libre o el paracaidismo, son dos de los principales desencadenantes de la liberación de adrenalina, también conocida como epinefrina. Eso que llamamos chute o descarga de adrenalina no es más que la reacción fisiológica ante las situaciones de estrés o peligro, y genera un subidón que engancha a muchas personas y las lleva a buscar experiencias al límite.
Esto es lo que la adrenalina le hace a nuestro cuerpo.
1. Eleva la presión sanguínea. Los vasos de los órganos importantes se ensanchan para recibir más sangre; los vasos más pequeños (de orejas, nariz, manos…) se estrechan, ya que no son imprescindibles. Por eso empalidecemos al liberar adrenalina.
2. Dilata las pupilas para que veamos lo mejor posible.
3. Aumenta el ritmo respiratorio y relaja la musculatura de las vías aéreas para que la sangre se oxigene antes y mejor.
4. Provoca sensación de euforia.
5. Acelera el ritmo cardiaco, ya que es necesario el máximo volumen de sangre para aportar más oxígeno y nutrientes a todos los órganos.
6. Detiene el movimiento intestinal, lo que evita necesidades fisiológicas inoportunas.
7. Moviliza las reservas de glucógeno, para que los músculos cuenten con el máximo de combustible.
Fuente
Verónica Fuentes muyinteresante.es